Lactancia a demanda… ¡de ambos!
La lactancia a demanda implica que cada vez que tu bebé tenga hambre, has de darle el pecho o el biberón. Como mi experiencia con mis dos hijos ha sido de lactancia materna, me referiré más a ésta por no hablar de lo que no conozco. Si bien es cierto que jamás has de dejar que un bebé pase hambre, también hay muchas otras veces que lloran y no necesitan comer. Por supuesto que el pecho les calma, pero muchas veces es la necesidad del contacto físico y el calor y olor de su madre, más que el hecho de llenar su estomaguito otra vez. Yo recomiendo la lactancia a demanda (cada vez que ellos quieran) hasta que ésta esté instaurada. ¿Qué significa “hasta que esté instaurada”? Pues creo que la definición perfecta sería “hasta el momento en el que bebé y madre están cómodos con ella”. En mi caso, hasta que el bebé tiene unas dos semanas.
Sin embargo, creo que algunos “trucos” ayudan a instaurar esa lactancia para que ambos disfruten con ella. Por un lado, no dejes a tu bebé dormirse mientras come. Si ves que te está usando de “chupete”, es decir, que sigue agarrado al pecho pero sin comer, retírale del pecho. No lo hagas bruscamente o te dolerá. Simplemente tienes que “amagar”, porque muchas veces siguen comiendo: tócales con suavidad la mandíbula en círculos, hazle cosquillas en un pie, muéveles la manita… si siguen comiendo un ratito más, genial; si en seguida se quedan dormidos otra vez, quita el vacío metiendo un poco un dedo entre tu pecho y su boquita y ponle a sacar los gases.
En seguida los bebés cogen ritmo con la lactancia y empiezan a comer cada 2 ó 3 horas, dependiendo del niño. Por un lado, hay que librarse del método de nuestras madres de “10 minutos en cada pecho cada 3 horas”, porque no funciona. De hecho casi todas te cuentan que no pudieron dar el pecho más de 3 meses o ni siquiera eso porque “se les retiró la leche”.
Por otro, darle el pecho cada vez que el bebé haga “muah” o se mueva en la cuna, es irse al extremo contrario. Está muy bien esta última teoría si eres una jíbara que lleva al bebé enrollado en su cuerpo y le da lactancia a demanda hasta que el niño aprende a cazar por sus propios métodos. O si crees que es algo que estás dispuesta a hacer porque es lo mejor para ti y para tu retoño. Perfecto, cada uno elige su estilo de vida.
Pero la realidad de la mayoría de nosotras es muy distinta. Para empezar, teníamos una vida antes de ser madres que nos gustaría conservar. Para continuar, por desgracia, el descanso por maternidad en este país es de los peores de Europa (con mucha diferencia) y ni siquiera respeta el periodo mínimo de lactancia exclusiva que recomienda la Asociación de Pediatría de 6 meses. Es así de triste, algún día movilizaré una petición global al parlamento europeo para que se respete este periodo mínimo; mientras tanto es la realidad que me ha tocado vivir.
Cuando tu bebé empiece a tener unos ciclos (de entre 2 a 3 horas), intenta mantenerlos. Es decir, que sin “matarlo” de hambre (como ya he dicho en alguna ocasión, siempre hay que darle de comer a un niño hambriento), intenta mantener ese “horario” que ha empezado a marcarse él. No pasa nada por darle mimitos durante 15 minutos si eso va a darte a ti, y a él, una rutina más o menos predecible. Y aquí, justo en este momento, es cuando has de entrar en Amazon o irte a una librería a comprarte el libro de Tracy Hogg. Yo estoy en deuda con ella por haberme hecho ser una madre tranquila y feliz, que disfruta de su bebé y que sabe en todo momento qué es lo que éste me va a pedir a continuación. En su momento, yo me lo leí en inglés (The BaBy Whisperer Solves All Your Problems) y en español se llama El Secreto De Tener Bebés Tranquilos Y Felices
. Es mucho más fácil de conseguir en la versión original, y si tu nivel es más o menos bueno, no vas a tener ningún problema en entenderlo; utiliza un lenguaje sencillo y sin palabrería técnica. Totalmente recomendable. Además existe en versión kindle (en español también) y está disponible en Scribd.
A modo de resumen, esta “susurradora de bebés” mantiene que establecer una rutina desde el nacimiento es fundamental a todos los efectos. Ella la llama E.A.S.Y. (Eat-Activity-Sleep-time for You – o lo que es lo mismo: Alimentación, Actividad, Sueño y Atención a una misma-), en la que la clave es enseñar a tu bebé a no depender de comer para quedarse dormido. ¡Maravilloso! Es una teoría a medio camino entre los métodos de dejar llorar y los de tener al niño todo el día en brazos. De verdad, a mí me ha cambiado la vida.
Aunque seas de las mamis que prefieren pasar el día con su bebé en brazos (cosa que entiendo perfectamente pues es lo que hice con mi primer hijo y fue precioso, hasta que se hizo mayor, tuve que empezar a trabajar y no había forma de separarle de mí ni de que durmiera en su cama y un largo etc.), has de intentar que no se acostumbre a “picotear”, es decir, a comer poquito muchas veces al día. A no ser que esté enfermo, intenta mantener ese ritmo que él solito se marcará desde bien pequeño.
Estos son los libros de Tracy Hogg que hemos recomendado más arriba:
(son vínculos patrocinados, lo que quiere decir que nos llevamos una pequeña comisión si compras los libros a través de estos enlaces sin que a ti te cueste más dinero. Por supuesto, sólo recomendamos productos que hemos probado y que nos encantan. En concreto, Tracy Hogg es uno de mis autores de referencia.)
Muchas gracias por los consejos 🙂 ¡Un abrazo!
A vosotros los seguidores constantes. Os agradezco muchísimo vuestros comentarios. Saberse leída es muy gratificante!
Me encanta!! No puedo estar más de acuerdo!!
Me alegro Natalia! Gracias por tu apoyo y tu comentario!